7 jul 2011

INTERCULTURALIDAD Y EDUCACIÓN

Lic. Jesus Villanueva
” La verdadera sabiduría nace en nuestro interior, pero crece y se desarrolla en nuestro contexto social.


El entorno social influye en la cognición humana por medio de la cultura, el lenguaje e instituciones sociales. En principio la interculturalidad abarca todas las formas y procesos de socialización: económica, política, ética, jurídica, laboral, salud, deportiva, etc. Indefectiblemente, es un proceso producto de la dialéctica humana, en virtud a ello es cambiante y moldeable. Entonces con total certeza afirmo que el contexto sociocultural en donde fluctúa todo se humano es vital en su aprendizaje de cualquier hábito costumbre y formación de valores.

La sociedad nos transmite costumbres y mentalidad, una cosmovisión; el modo de ser persona de cada cual se verá afectado por personas de la infancia. Entonces como primer aspecto se torna vital el proceso de interiorización de valores que se imparte dentro de la familia. El niño esta llano a aprender las enseñanzas que les imparten sus padres y seres cercanos, pues serán los modelos que tendrán presente en su actuar posterior. Formando parte de su identidad virtudes y actitudes que determinan su carácter moral, normas de vida que adopten y creencias religiosas a las que otorguen su confianza, pues el modo de asumir sus compromisos morales y religiosos les distingue frente a los demás.
Otro aspecto valioso, es la forma de cómo la educación intercultural debe incorporar la herencia cultural de los pueblos y al mismo tiempo permitir el poder acceder a conocer los aportes de otras culturas y pueblos en cuanto a conocimientos, técnicas historias, valores, formas de organización social y otros aspectos importantes de las culturas. En tal sentido la llamada por excelencia a impartir y transmitir estos conocimientos es la educación.
La educación siendo la base de toda cultura, es la llamada a ser el reforzador por excelencia del proceso de interculturalidad; pero resaltando la autonomía de cada pueblo. Es pues, indispensable motivar y afianzar un conocimiento reflexivo y crítico de las características geográficas, ecológico-ambientales y económicas, tradiciones y costumbres de cada localidad.

Sin embargo esta dialéctica interrelación e interconexión cultural ha traído como resultado conflictos que en algunas ocasiones son arraigados y cargados de matices discriminativos negativos étnico-culturales; y es a este aspecto al que debemos prestarle gran interés.
Dentro de las instituciones educativas los estudiantes pueden percibir y actuar pensando que su cultura es superior a la de otros estudiantes, esto puede generar actitudes que si son reforzadas pueden convertirse con el tiempo en prejuicios y discriminación contra grupos específicos.
Sin embargo un coherente programa de educación intercultural permitirá promover el intercambio y las relaciones interpersonales y colectivas, que contribuyan a erradicar toda clase de inequidad sin suprimir las diferencias ni las identidades culturales.
La gran producción cultural y la rapidez de las transformaciones sociales, económicas y tecnológicas son un desafío para nuestra labor docente e incluye a todos los organismos sociales inmersos en esta problemática. Debemos aspirar a lograr una óptima movilidad social, que brinde la facilidad para que una persona pueda subir o bajar en la escalera socioeconómica de un país. Favorecer estrategias organizativas y curriculares promoviendo el desarrollo de aptitudes y actitudes positivas que potencien la educación intercultural, respetando las diferencias existentes entre las diversas culturas y compartiendo todos aquellos valores que las pueden enriquecer.

Un punto saltante que no se le brinda la debida importancia es una peligrosa y ambigua ruptura generacional que dificulta la recomposición familiar y por ende social. Esta situación da lugar a conflictos tanto familiares como a nivel de estructuras sociales, con las estructuras de poder, con los mayores, y considero que eso plantea nuevos retos a la educación porque han aparecido problemas que antes sólo se presentaban en forma esporádica.
En virtud a ello, planteo un programa basado en un “aprendizaje transgeneracional”, es decir, la cultura transmitida con mayor eficacia desde la familia, que es el agente social por excelencia, cuna y base social. Permitiendo una efectiva relación entre cada integrante y reforzando los lazos de consanguinidad siendo positivo para el desarrollo de la sociedad.

En la actualidad existe un fuerte proceso de democratización social, pero al mismo tiempo subsisten prácticas antiéticas -como la corrupción de nuestras autoridades. Al margen de ello debemos entablar una efectiva relación entre autoridades locales y escuelas siendo este accionar un factor clave para la educación intercultural. Debemos velar por la incorporación del potencial cultural, social y lingüístico de cada localidad, expresado en saberes, prácticas productivas, tecnológicas, etc.
Para finalizar cabe recordar que es la curiosidad, ese desertar tan espontáneo que caracteriza a cualquier ser humano, en tal sentido es lo que debemos generar en nuestros estudiantes, a fin de ser el primer paso para una educación intercultural.

No hay comentarios:

Publicar un comentario